
3. Nuestra invitación
Pablo de Tarso, el mayor predicador y misionero de la historia, inicia su relación con Jesús con tres sencillas palabras. Ninguna certeza, ningún compromiso, pero la voluntad de hablar con un interlocutor misterioso, la curiosidad por escuchar lo que tiene que ofrecer.
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¿Quién eres, oh Señor? (Pablo, Hechos de los Apóstoles 22,8)
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El desafÃo de la fe no os pide volcarlo todo, sino descubrir una nueva naturalidad. Edith Stein, filósofa atea, se deja interpelar por esta forma de vivir la fe de los cristianos, llena de naturalidad y cotidianidad.
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Entramos en la catedral de Frankfurt durante unos minutos y mientras estábamos allà en un silencio reverente, una mujer entró con una bolsa de compras y se arrodilló en un banco para una breve oración. Para mà fue una novedad. Aquà alguien entró en la iglesia desierta, en medio de los quehaceres cotidianos, como para una conversación Ãntima. Es algo que nunca he olvidado. (Edith Stein)